Tengo un dinerito, ¿qué hago?

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Las finanzas, ese grupo de numeritos que sólo los banqueros y los millonarios pueden entender, pero que de todos modos nos afectan cada que hay una crisis. ¿Qué son? ¿Cómo se comen? ¿Por qué me terminan afectando si yo no tengo nada que ver? ¿Qué puedo hacer para tenerlas a mi favor?

Esta serie de posts va a ir tratando todas esas preguntas, para que al final del día se vea que las finanzas no son cosa de otro mundo, que son algo en lo que podemos participar fácil y activamente, y podamos responder la pregunta del millón: Tengo un dinerito, ¿qué hago?

Prioridades y planeación

Lo primero que tenemos que considerar para saber qué podemos hacer con nuestro dinerito, es tener claras nuestras prioridades futuras. Hay tres preguntas clave que tenemos que responder antes de tomar cualquier decisión de ahorro o inversión.

1- ¿Tengo un ahorro suficiente para enfrentar cualquier emergencia personal o familiar que pueda suceder?

2- ¿Qué tanto tiempo podré y querré no tocar ese dinero que quiero hacer crecer?

3- ¿Qué tanto riesgo estamos dispuestos a tomar con tal de hacer crecer más nuestro dinero?

El orden de respuesta a estas tres preguntas SÍ importa. El fondo de ahorro para emergencias es un pilar de las finanzas personales que pocas veces tomamos en cuenta. El monto que uno debe de tener ahorrado varía de acuerdo a las responsabilidades que uno tenga. Un proxy adecuado sería tener al menos un ahorro equivalente a dos o tres meses de nuestros ingresos, o una cantidad con la que estimemos que podríamos pagar gastos médicos de los miembros que dependen de nosotros (incluyendo mascotas, por supuesto).

Ok, vamos a empezar a reunir la cantidad suficiente para cubrir emergencias o al menos tres meses de no recibir ingresos, ¿lo dejamos a la vista en nuestra cuenta de nómina, tentándonos a gastarlo todo en una noche de descontrol navegando por Amazon o en promociones de Uber Eats? La respuesta es un rotundo no. No solamente para evitar que este fondo de emergencias sea gastado a la primera provocación, sino que podemos comenzar a generar rendimientos sobre este ahorro. Podemos empezar a verlo como un monto que, en lugar de estar ahorrado, está invertido, en algo muy seguro y con alta disponibilidad, pero invertido.

En la siguiente entrega de este blog vamos a platicar de por qué es un error tener nuestro fondo de emergencia en una tarjeta de débito o nómina y qué alternativas tenemos para ganarle unos pesitos a nuestra primera y más importante inversión.